martes, 19 de abril de 2011

Prometeo, Prometeo.

Encuentro que el mito de Prometeo está más de moda que nunca. Este titán robó el fuego del Olimpo, acercando una tea al carro de Helios o a los hornos de la forja de Hefesto.

En esta instantánea, vemos a Prometeo cazado en flagrante delito, alejándose del Olimpo sin hacer ruido mientras un pétreo vigilante se echa una cabezadita.


Esto es lo que se llama un "oops griego". En la sociedad occidental actual nos gustan los oops de famosas que se están bañando y se les sube el bikini y les vemos una teta o cosas así: momentos fugaces muy volátiles que sin embargo, quedan inmortalizados en las portadas de las revistas. Pero en el caso griego era al revés: escogían la foto en la que fugazmente los genitales de Prometeo se cubrían por una toca levantada por el viento. ¡Oops!

Y el caso es que Prometeo no robó nada. Porque el fuego se quedó en el Olimpo, y Hefesto pudo seguir haciendo sus cosas de fragua. Prometeo copió el fuego y se lo llevo en un palo. Tal vez fue el primer pirata informático de la historia. Prometeo se descargó ilegalmente el fuego del Olimpo, porque en aquel entonces, no había licencias Creative Commons, y Zeus había dejado bien claro que el fuego no era para las personas, sino para los dioses.

Con este fuego los humanos pudieron calentarse en invierno, hacer buey a la plancha, tener luz para leer por las noches, encender velas aromáticas y trabajar los metales. A ver, griego, ¿tú quieres tener fuego o no? Yo sí, claro que sí, pero si es que todo son ventajas.

¡Pues no! Porque Zeus acabó enterándose de lo del fuego. Seguramente se lo chivaría ese otro vigilante que sí estaba despierto y al que Prometo le chista en la foto. Claro, así de primeras, cuando alguien te chista, tú te callas, y luego lo reflexionas, y te das cuenta de que era Prometeo robando el fuego del Olimpo, pero ya está lejos y además te pilla en medio de un cambio de turno.

Zeus castigó tanto a Prometeo como a los humanos. Es decir, tanto al que copia el disco, como al que lo tiene. No quiero ni imaginarme las campañas publicitarias que había antes de las tragedias. "No robarías un ánfora... No robarías una manzana del jardín de las Hespérides..." Y claro, siempre había uno que se levantaba y gritaba "¿Por qué ponen estos mensajes en las tragedias que hemos pagado por ver?".

El castigo de Zeus, como decía, fue doble. A Prometeo hizo que un águila le devorara el hígado cada día durante toda la eternidad. Y ríete tú del canon. Pero con los hombres fue más sutil. Os cuento:

Primero le dijo a Hefesto que creara una mujer de arcilla. Es verdad que Hefesto era herrero, pero también es verdad que estaba creando una mujer, no un Terminator. Y como todo cristiano sabe, lo de la arcilla siempre viene bien para crear gente. Eso sí, necesitas una deidad que le insufle un hálito vital. Y eso hizo Zeus. A la mujer la llamó Pandora y se la ofreció en matrimonio a Epimeteo, hermano de Prometeo. Éste ya le había dicho a Epimeteo que no se fiara de los dioses, que siempre te la liaban. Pero Epimeteo, no sé si por presión social o por presión sanguínea en el tejido cavernoso, acabó tomando a Pandora como esposa.

Entre el ajuar de Pandora se encontraba un jarrón que le había dado el propio Zeus, con la condición de que no lo abriera jamás. Que también... Oye, que él era el Rey del Olimpo, y a lo mejor también le venían bien unas toallas a la pobre Pandora.

El caso es que en el jarrón se encontraban todos los males del mundo: la enfermedad, la fatiga, el tristeza... En fin, que hasta entonces se había vivido bastante bien. El mito ha llegado hasta nuestros días, y el jarrón ha pasado a ser una caja. Fuera lo que fuese, a Pandora le pudo la curiosidad y un día abrió la caja. Aquí la vemos, pillada en un momento muy oportuno también:


Pandora abrió la caja y ése fue el comienzo de todas las desgracias humanas. La humanidad había conseguido el fuego, pero, ¿a qué precio?

Parece claro que todo este mito es una bonita metáfora de un cambio traumático acaecido en la Historia del hombre. Hubo un tiempo en que los humanos vivían en pequeñas tribus, cazando y recolectando. Viviendo en armonía con la naturaleza. Pero el descubrimiento del fuego y otros avances tecnológicos como la agricultura truncaron esa forma de vida para siempre.

La gente tuvo que aprender a vivir de otra manera. Las preocupaciones eran mayores, porque ahora no eran nómadas que tomaban los frutos que les daba la naturaleza, sino ciudadanos que tenían que proteger sus bienes: casas, tierras de cultivo, excedentes y otras clases de riquezas.

La especialización del trabajo arrancó de un modo cruel y antinatural a los hombres de la noble tarea de proteger y alimentar a su prole y empezaron a hacer esto de manera indirecta. Intelectualmente era un cambio comprensible, pero emocionalmente era un trauma duro de superar.

Y algo similar nos cuenta el Antiguo Testamento. El árbol prohibido es el de la Ciencia. Que no el de la literatura, ni el del macramé: lo prohibido es la tecnología. Y pasó exactamente lo mismo, porque las personas somos como niños. Si nos dicen que no toquemos esto, lo tenemos que tocar. Y además siempre son las mujeres, esas víboras pecaminosas, las que la lían parda.

—¿Qué ha ocurrido?
—Eeeeh... Me he equivocadooo de áaarbol. Y he cogido una manzana del árbol deeee laas... esto de la Cienciaa. Y ha empezado a saliir ahí fuego divino y... Vamos, que la he liao parda.

Pues sí, porque en ese momento, Dios os echa a ti y a Adán del Paraíso y os condena a sufrir enfermedades, a trabajar con el sudor de vuestra frente y a parir con dolor.

Otra metáfora del cambio del Neolítico. Y todo esto empezó con señores mayores que decían "Con el paleolítico se vivía mejor", "No trabajábamos tanto", "Yo con diez cantos rodados me iba al cine y me compraba un helao".

Pero es que la memoria es tramposa y sólo nos hace recordar las cosas buenas. Seguramente ambas formas de vida tenían sus pros y sus contras, pero es innegable que en lo que a efectividad reproductora se refiere, sale mucho más a cuenta cultivar las tierras y vivir en asentamientos.

Por eso evolucionamos tecnológicamente, porque necesitamos seguir reproduciéndonos y la especie busca sobrevivir. Y no porque nos hayan dicho aquello de "Creced y multiplicaos", sino porque lo tenemos grabado a fuego en la hélice doble del ácido desoxirribonucleico.

Sin embargo los beneficios de las nuevas tecnologías siempre traen consigo su reverso tenebroso. Así con el fuego las personas pudimos calentarnos en invierno, pero pudimos incendiar las casas de nuestros enemigos y quemar a gente en la hoguera. Con la forja fabricamos cuchillos que lo mismo valen para despellejar una vaca que para degollar a un infeliz. El petróleo nos lleva en cuestión de horas a cualquier parte del mundo. ¡¡A cualquier parte del mundo!! Eso los griegos no lo hubieran soñado jamás. y sin embargo contamina la atmósfera y crea agujeros en la capa de ozono y propicia el cambio climático.

Es lo mismo. Prometeo robando barriles de crudo del Olimpo y Zeus castigando al hombre con tifones y tsunamis.

Y es que yo supongo que en aquel entonces Prometeo acercó su tea a los fuegos de Hefesto, pero en el siglo XX, en la década de los 40, ahí sí que se arrimó al carro de Helios y robó la energía del sol: la energía atómica.

Y esta vez la caja de Pandora ha sido la más cruel y maquiavélica que se le podía haber ocurrido a Zeus. ¿Habéis robado la energía del átomo? Pues yo haré explotar vuestras centrales. Y los hijos de Chernóbil nacerán sin brazos, o con cabezas enormes a punto de explotar. Lucharéis contra las fugas de Fukushima, pero la ira de Zeus es implacable.

Lo peor es que todos estos residuos y fugas nucleares tardan unos 200 000 años en reducirse a la mitad. Y la primera revolución neolítica sucedió hace tan solo 9 000 años. Tendría que sucederse 20 veces la Historia de a humanidad desde entonces para que los residuos que hoy pululan por la Tierra se redujeran simplemente al 50%.

El legado que estamos dejando a nuestros descendientes más lejanos es ominoso y somos la primera generación en la Historia que hace algo así.


viernes, 15 de abril de 2011

Piedra, papel, tijera, lagarto, Spock, heavy o papa.

En el popular juego de piedra-papel-tijera se produce un empate una de cada nueve veces. Puedes escoger tres elementos diferentes que se relacionan entre sí a través de tres posibles consecuencias.


La piedra aplasta las tijeras.
Las tijeras cortan el papel.
El papel envuelve a la piedra.

Sam Kass y Karen Bryla inventaron en 2005 la expansión de "lagarto o Spock", que añadía dos elementos más al juego. Esta variación se popularizó tres años más tarde gracias a la serie The Big Bang Theory, en la que se supone que es Sheldon Cooper quien inventa esta variante, con el fin de reducir las posibilidades de empate.

Y efectivamente así ocurre. En piedra-papel-tijera-lagarto-spock sólo se empata una de cada veinticinco veces. Son cinco los elementos con los que se juega y producen un total de diez situaciones distintas (sin contar los empates).


Las tijeras cortan el papel.
El papel envuelve la piedra.
La piedra machaca al lagarto.
El lagarto envenena a Spock.
Spock rompe las tijeras.
Las tijeras decapitan al lagarto.
El lagarto se come el papel.
El papel desautoriza a Spock.
Spock vaporiza la piedra.
La piedra aplasta las tijeras.

En realidad no es una expansión muy difícil. Hay que aprenderse siete nuevos casos, pero son fáciles de recordar cuando uno se imagina la situación: Spock usando su phaser para vaporizar una piedra, o irritado y rompiendo las tijeras con sus propias manos... o el lagarto hambriento que devora el papel...

A mí, que siempre me gusta llevar las cosas hasta su más aberrante extremo, se me ocurrió que se podría introducir una nueva expansión. Las expansiones tienen que hacerse siempre con números pares de elementos, para que la suma total siga siendo impar y se mantenga el equilibrio en la que cualquier elemento gana en tantas situaciones como en las que pierde. Es decir, que el número mínimo de elementos nuevos que se pueden de introducir es dos.

Así lo he hecho. Son el papa y el heavy.

Y creo que es mucho más fácil de aprender esta expansión que la de lagarto-spock.

El papa es un hombre católico, muy tradicional, y por lo tanto ha jugado a juegos tradicionales como el archiconocido piedra-papel-tijera, en el cual es un auténtico experto. Por lo tanto, el papa gana a piedra, papel y tijera. Pero está tan anticuado, que pierde contra lagarto y Spock.

El heavy, sin embargo, es un tipo moderno, más familiarizado con las fricadas, y desligado de las tradiciones, por lo que pierde contra piedra papel y tijera pero gana a lagarto y Spock.

Y si ponemos al papa y al heavy a luchar cuerpo a cuerpo, gana el heavy, que es mucho más bruto.

La cosa quedaría así:


La piedra machaca al lagarto.
El lagarto vence al papa.
El papa vence a las tijeras.
Las tijeras cortan el papel.
El papel vence al heavy.
El heavy vence a Spock.
Spock vaporiza la piedra.
La piedra aplasta las tijeras.
Las tijeras vencen al heavy.
El heavy vence al lagarto.
El lagarto devora el papel.
El papel desautoriza a Spock.
Spock vence al papa.
El papa vence a la piedra.
La piedra vence al heavy
...

No es difícil de aprender. Se empata una de cada 49 veces. Son siete elementos que se combinan de 21 formas distintas.

Y la pregunta que viene ahora es obvia: ¿cómo sería la siguiente expansión?

Si queremos meter otros dos nuevos personajes serían 9 elementos combinados de 55 formas distintas. Habría que inventarse dos elementos nuevos que cuadrasen de forma memorizable con 34 situaciones nuevas, lo cual ya empieza a escapársenos de las manos.

Pero es posible, ¿por qué no? Si no lo hace nadie puede que en un futuro publique yo la tercera expansión en este mismo blog.



ACTUALIZACIÓN 15 de abril de 2011

Poco después de publicar esta entrada, gracias a una persona muy friqui, me entero de que existe la "expansión" hasta nueve elementos, que no utiliza los (ya) viejos lagarto y Spock. Esta es:


Y la verdad es que está bastante bien pensada. Los elementos son: piedra, papel, tijera, pistola, agua, aire, papel, esponja, humano y fuego. Y la mayor parte de las consecuencias son fácilmente deducibles. El arma mata al humano, el humano gana al aire, el aire con un soplido apaga el fuego... Estoy bastante impresionado, aunque hay partes más insostenibles, como el hecho de que la esponja gane al papel en una batalla ciclópea.

El reto está ahora en lograr la expansión con 11 elementos.