martes, 31 de mayo de 2011

El País, las vacas campeonas y Sálvame Deluxe


Esta es la portada de El País del domingo. El 29 de mayo de 2011 lo más interesante que ocurrió para un lector español fue que el Barça ganó la Champions y que Rubalcaba promete un nuevo proyecto para recuperar el voto.

Se supone que es el diario más prestigioso de España y a mí, ¿qué quieren que les diga?, estas noticias me parecen muy poco importantes.

Tal vez sea porque nunca he sido aficionado al fútbol. Entiendo que la gente quiera leer acerca de esta final y por tanto, que el periódico la ponga en primera página para aumentar así las ventas. Pero, ¿es esto Periodismo?

Una noticia, para que sea tal, debe ser un hecho novedoso. Déjenme que piense un ejemplo... ¡Ya sé! Imagínense este titular espectacular: "Vaca lechera gana torneo de ajedrez en Aranda de Duero". Podría darse el caso. Imaginemos un torneo con reglas poco específicas en las que en ningún momento se especifique que una vaca no pueda apuntarse. Imaginemos ahora que todos los rivales, por diversas causas desfortunadas, no pueden presentarse a la competición y finalmente la vaca queda como única aspirante.

Es una noticia poco relevante, pero tan curiosa, que merecería un hueco en alguna parte del diario, ¿no creen?

Ahora imaginen que al día siguiente de suceder este hecho insólito y noticioso, ocurre que otra vaca, en algún otro lugar, gana un torneo de ajedrez. ¿Es más noticia o menos? ¿Es más noticia porque es más improbable que dos vacas ganen consecutivamente sendos campeonatos? ¿O es menos noticia porque ya sucedió lo mismo ayer?


El tema es más complicado de lo que parece. Y más si pensamos en la situación posible de que durante un mes, 30 vacas ganen 30 torneos de ajedrez, cada uno una vaca y un torneo cada día, claro.

Si yo trabajara en un periódico me debatiría entre pasar del tema y poner una simple nota del tipo "Otra vaca gana otro torneo de ajedrez" o elevar la crónica a lo más alto y titular "¡¡¡30 vacas ganan 30 torneos de ajedrez en el último mes!!!".

Pero el lector no es un alienígena que visita por vez primera nuestro planeta. Él ha leído los 29 días anteriores que otras 29 vacas han ganado 29 torneos de ajedrez. Así que, ¿cómo debemos enfocar esta noticia?

Trasladando este esperpento al mundo real, nos encontramos con que el día 15 de mayo de 2011, varios "indignados" acamparon en la plaza de Sol de Madrid: ES NOTICIA. Al día siguiente el número de acampados aumentó: ES NOTICIA. Al otro, se suman más acampadas por toda España: ES NOTICIA. Dos semanas después siguen acampados: NO ES NOTICIA. Y no lo es porque el público ha leído las noticias durante dos semanas. Pero si tuviéramos que hablarle a alguien de la situación de España y ese alguien fuera un aborigen australiano que no ha seguido las noticias le diríamos "¡¡Miles de indignados con el sistema acampan por toda España!!" y luego, si la conversación dura lo suficiente, podríamos hablarle de fútbol y luego ya si eso de Rubalcaba.

La noticia está ahí, aunque no aparezca. La gente no se ha ido. La gente aguanta en las acampadas. No es novedoso y no es impactante, porque no hacen grandes cosas: No queman contenedores, no ganan copas, no dan ruedas de prensa, pero la noticia es que no se van.

Y sin embargo es portada que Rubalcaba proponga un nuevo proyecto para recuperar votos.

Para empezar, recuperar votos ¿de qué? En 2004 obtuvo el PSOE 11 000 000 de votos. En 2008 obtuvo 11 300 000. Han ganado 300 000 votos. Así que para 2012, ¿qué votos tienen que recuperar?

¿Acaso los de las últimas elecciones municipales y autonómicas en las que el PSOE perdió tantos miles de votantes? No creo, porque en esas elecciones se vota a alcaldes, concejales y gobiernos autonómicos. Si han perdido votos serán porque lo han hecho mal, individualmente, cada uno de los candidatos, no porque lo haya hecho mal el gobierno de la nación. No tiene ningún sentido castigar a alcaldes y presidentes autonómicos por culpa de cómo lo haya hecho el gobierno de la nación. Sería una irresponsabilidad, algo propio de un país desinformado, de unos votantes zombis que sólo hacen caso de mensajes supersencillos del tipo "PSOE MALO, PP BUENO" y no propio del conjunto de la ciudadanía española, que es una masa crítica, analítica y muy bien preparada democráticamente hablando.

Ahora bien, supongamos que, efectivamente, esos votos que ha perdido el PSOE en las autonómicas y municipales son votos de castigo al gobierno nacional (cosa, repito, altamente improbable, dada el gran sentido de responsabilidad que tenemos los españoles). ¿Por qué se castiga al PSOE? ¿Dónde tenemos nuestra memoria?

¿Acaso alguien se cree que semejante crisis se puede preparar en sólo 8 años? Yo opino que no, que (por lo menos) tuvo que empezar a gestarse con los gobiernos de Aznar. Y aquí la culpa es tanto del que la prepara como del que no la arregla o del que la azuza.

Y para el que no lo sepa, España es un estado altamente descentralizado. No es como Portugal, Francia o Japón. En España tenemos una cosa que se llaman autonomías, que es algo muy equiparable a los reinos del Reino Unido, los länder de Alemania o los estados de Méjico o Estados Unidos. Desde la restauración de la democracia en España, las autonomías han ido adjudicándose cada vez más y más competencias (según estaba previsto que podía hacerse en la Constitución), del tal modo que a día de hoy, tiene más poder autogestor una autonomía española que un estado estadounidense. ¿A dónde quiero llegar? A que la responsabilidad política en este santo país descansa tanto en los hombros del gobierno de la nación como en los gobierno autonómicos. Si queremos castigar a los gestores de la crisis castiguemos a Zapatero, pero también a Camps, Aguirre, Herrera, Chaves... Todos ellos nos la han jugado.

Pero esto, ¿a quién le interesa? Mucho mejor leer sobre fútbol o las intriguillas palaciegas de un partido que no van a ninguna parte. Este hizo, la otra deshizo, ese declara, aquel desmiente... Es prensa del corazón disfrazada de información seria.

En este país todos somos espectadores de Sálvame Deluxe, lo veamos o no.

lunes, 30 de mayo de 2011

¿Sirve de algo todo esto?

El otro día una amiga, en la acampada 15M de Valladolid me preguntó: "¿Crees que esto que estamos haciendo sirve de algo?".

En aquel momento le di buenas razones para seguir, para que no decayera el ánimo. Le di datos de los periódicos acerca de las últimas elecciones en las que, a pesar de la aplastante victoria del PP, se entreven amagos de reacción contra el sistema. También le dije que aquello servía para que gente como ella o como yo nos hubiésemos dado cuenta de repente de que no estábamos solos, de que no éramos unos locos por no votar ni al PP ni al PSOE.

Sin embargo, he seguido reflexionando acerca de su pregunta.

Ahora mismo estoy sacándome el carné de conducir. Así que todavía me desplazo en autobús, y así lo he hecho durante muchos años. Y probablemente siga haciéndolo muchos más, porque el transporte público en Valladolid está bastante bien.

Para coger el autobús tengo que bajar varios metros por mi calle (que está empinada) y luego girar a la izquierda y justo ahí está la parada del autobús. Nada más salir por el portal, veo la calle perpendicular en la que está la parada, y si pasa un autobús, también lo veo.

Si el autobús pasa cuando acabo de salir del portal es humanamente imposible cogerlo. Tendría que ser Flash o Usain Bolt para llegar hasta la parada a tiempo. Si el autobús pasa cuando ya estoy abajo y sólo me queda torcer a la izquierda, muy mal se tiene que dar para que, aligerando un poquito el paso, lo pierda.

El problema está en todos los metros que hay entre medias. Esa tierra de nadie, llena de incertidumbre, en la que no sé si me dará tiempo a coger el autobús o no. Porque no siempre tarda lo mismo. Si sólo hay un señor en la parada, el autobús sale en seguida. Si hay mucha gente, o algún pelele que no sabe usar el bonobús, entonces se quedará mucho tiempo y podré cogerlo.

Al principio siempre sopesaba la situación y decidía si correr merecía la pena o no. Lo malo es que muchas veces me equivocaba. A veces decidía correr y lo perdía, y la cara de sofoco no se me iba en veinte minutos. A veces decidía no cogerlo y seguía andando y me daba cuenta de que, de haber corrido, podría haberlo cogido. O lo que es peor, habiendo decidido no correr, empezaba a ver que sí me podría dar tiempo; echaba a correr, y al final lo perdía. Lo cual me frustraba mucho más que ninguna de las otras posibilidades.

Por eso, cierto día tomé una sabia decisión. Había que correr siempre. Algunos días lo perdería, y otros lo cogería, pero prefería sufrir por el flato que por la impotencia de saber que lo habría cogido si hubiera corrido.

Ahora, si veo pasar el autobús, siempre corro. Unas veces lo cojo y otras veces lo pierdo, pero siempre corro.

¿De qué vale concentrarnos y hacer asambleas? ¿Conseguimos algo? Seguramente sí, pero en el fondo no lo sé.

El caso es correr. Porque si sí se hubiera podido cambiar algo y yo no hubiese hecho lo posible porque así fuera, tampoco podría perdonármelo.

jueves, 26 de mayo de 2011

Fuente Dorada post 15M

Fotografías tomadas en la plaza de Fuente Dorada, en el centro de Valladolid el día 26 de mayo de 2011 en torno a la acampada del movimiento 15M.